miércoles, 20 de marzo de 2013

Vivo con fantasmas

La casa por poco me come, el rastro que dejaron estos entes fue brutal y el polvo persiste aún con los mejores químicos multicolores. A veces cuando me encuentro sola vienen a atosigarme tus espíritus, me dicen cosas que me rehusó a creer y me jalan el cabello, casi siempre se ríen de mi y yo no puedo hacer nada, de vez en cuando sollozo, me revientan las ganas en el pecho de decirte las cosas que me pasan, pero sé de ante mano que tú no quieres sacar la basura de la casa.

Trato de hacer un balance, pienso en como yo me deshice de mi propia basura, ¿Lo hice bien?, ¿Me demoré en hacerlo?. El monstruo que produce la basura atormenta nuestro hogar, ¡Maldita sean los fantasmas a los que invitaste a vivir aquí!, no se si lo sepas pero lo que cuenta es lo que vive, lo tangible y tu a ellos ya no los puedes tocar.

La casa apesta a basura, ese monstruo tiene una pintura en la pared, ¿Tu crees que es arte?, yo creo que es masoquismo verlo cada día, se que le gustaban las estrellas de mar y las nubes rosas, la basura me lo dice, eso puedo verlo y tú también. .  . tú también. 

El monstruo que me acorraló una vez tuvo que irse de mi vida por que así lo quise, queme las pinturas, las hojas donde dibujaba y las cartas que me escribía para no sentirse un monstruo (pero sí lo era), ¿Y los fantasmas? los expulsé, les grite que se fueran para que tu pasaras y no te dieras cuenta de su horrorosa presencia, mi lugar y mi lecho te los presente libres, inmaculados y blandos para que tú te sintieras amado y único. Se que tu monstruo en verdad era un monstruo, te hirió de gravedad con un mazo de azúcar y aun así lo dejaste vivir contigo, medio muerto, medio vivo.

Si me hubieras dicho que ese fantasma aún habitaba tu casa me hubiera alejado hasta que tuvieras el valor de expulsarlo tal como lo hice yo. La basura sigue ahí y parece que crees que no me doy cuenta, ¿Qué hace un gigante con zapatos tan pequeños? Nada, no hace nada por que no son suyos y eso también lo sé.

Espero ansiosa el día en que ya no haya despojos, ni monstruos ni fantasmas en tu casa, por que no, no a todo nos acostumbramos, por lo menos yo a vivir con ellos, jamás lo haré.