lunes, 10 de enero de 2011

Un título cucaracha


Mientras colocaba a la cucaracha en la camilla me venían ideas retorcidas como las plantas sin guía, mi imaginación era fresca, mentosa y tangible; veía un arsenal de pequeños conejos siendo aplastados por personas de piel color gris y sin boca.

Preparaba el bisturí y demás artilugios, la cucaracha me observaba atónita, como si estuviera ante un insecticida. -Chiquita, le dije, esto si te va a doler pero puedes distraerte en algo, ¿quieres cantar?- -No, la música me desagrada, es muy común como ustedes los humanos, espero no te ofendas-. -No, como ofenderme, tienes razón, aunque existen excepciones ¿no te parece?-, la cucaracha negó con la cabeza, movía las antenas y brillaba con la luz de mi lampara rentada. -Te diré una cosa, los humanos son muy predecibles, por eso estoy aquí, a veces me repugnan-.

La cucaracha discursaba y yo limpiaba, esterilizaba y me preparaba para mi graduación. -Todos los seres humanos en cuanto me ven tienen la misma expresión, exclaman la misma injuria, la misma cantaleta, a todos les doy asco, a todos, es una estupidez, no son hombres de ciencia, discúlpame. Leen y no piensan, es como si todos fueran un corte y pega, siguen formulas, estereotipos, moldes para nunca nunca de los nuncas equivocarse, bah... es un cuento de nunca acabar, por eso quiero cambiar lo que soy, es triste que ellos puedan teclear y tomar un libro y yo este aquí en esta plancha contigo, pero de todos modos gracias-.

Mis años en la facultad de medicina adjuntaban un sin numero de fotografías, fiestas, salones, poses; los recordaba con añoranza a cada uno de mis verdaderos amigos, a ellos no les importaba en lo absoluto prestarme para la borrachera del viernes cuando me quedaba sin dinero, me enseñaron a fumar y me ayudaban a contestar mis examenes, en verdad eran buenos amigos. Esta cucaracha es muy extraña, parece estar llena de odio, es una envidiosa.

Colgué la toga y el birrete, tome el bisturí y lo encaje en el abdomen de la cucaracha, misma que comenzó a despedirse de mi, -Humana generosa, gracias por terminar con mi vida, aunque, te has confundido, jamás pedí que me asesinaras, solo quería que me trataras distinto a como me tratan los demás pero, créeme, seras una gran Doctora.