viernes, 15 de octubre de 2010

El viento se la robo

Transcurrían melosos los días, Alguito contemplaba el cielo y se sonrojaba al ver la foto de Barfli, la niña que merodeaba los huequitos de su corazón de papel melón. La había conocido en una feria carnavalesca mientras insultaba al vendedor de algodones; esa estampa que tenia, ruda y tierna a la vez lo había enganchado por completo.

Salían en las tardes cuando el sol bailaba twist en los pasillos del pueblito, no tenían grandes proyectos, problemas o infecciones cutáneas, lo único que poseían era una gran sonrisa y un beso tronador para compartir, la gente decía que era un linda pareja.

Uno de esos días comunes y ruidosos, el otoño entro al pueblo, maldecía a unos cuantos y besaba a las hojas de los arboles haciéndolas desmayar; con él, el viento se manifestaba, omnipotente, escurridizo y violento, como si todos los lamentos e injurias de los habitantes se fueran regando en los espacios de aquel lugar.

Fue entonces que Barfli comenzó a sufrir una especie de metamorfosis, su cabello ya no era despeinado, más bien era arreglado y bicolor, su labios eran rosas y marcados, sus ojos mostraban altivez y desorientación...Alguito no entendía lo que le estaba sucediendo; ¿por que hablaba tanto de un tal Don Dinero?, ¿que era lo que este hacia para tener a la niña a sus pies?. Y así como su aspecto, la personalidad de Barfli se fue deshaciendo como un helado a la intemperie, no había razón, no había corazón...solo el cascaron.

El cambio fue tan repentino que Alguito llego a la conclusión que el único culpable de este infortunio era el viento...si, este llego, la hizo danzar hasta lo que la gente llama ambición, la embrujo, la hipnotizo y al fin la cazo...el viento se la robo. La verdadera Barfli yacía en los confines de la humildad, esta que por ser austera se refugiaba en las montañas más altas...escondida, ermitaña. La chica de la que estaba enamorado había sido raptada, esta que se presentaba ante el, era un farsa, una mentira, una muñeca de cuerda.

El alma de la chica podía estar paseando, recorriendo caminos y alojándose en alguna extraña con sonrisa dulce, mientras tanto Alguito seguiría buscando, seguiría peleando por eso que el viento robo y que sabia que encontraría, tal vez en otra piel, con otra voz, con otro nombre, pero al final seria a misma Barfli, la niña de sus sueños.